Simulado Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social - BNDES | Técnico Administrativo | 2019 pre-edital | Questão 50

Língua Espanhola / Vocabulário e Interpretação de textos


Texto I
Examen de conciencia en las escuelas de negocios Carmen Sánchez-Silva

Las grandes escuelas de negocios también
están sufriendo los efectos de la crisis. Dos terceras
partes de las más prestigiosas aulas de formación
empresarial de Estados Unidos, Europa y del resto del
globo han visto descender el número de aspirantes a
cursar programas de MBA durante el ejercicio 2011,
según datos del Graduate Management Admission
Council, encargado de realizar las pruebas de
admisión.
Las razones de este declive tienen que ver con la
propia crisis económica, que reduce la demanda de
todo tipo de productos y servicios, pero también con
el descrédito. Una parte de la sociedad acusa a estos
centros de élite de haber formado a los directivos
faltos de escrúpulos que nos han conducido a la
mayor crisis de la historia. Algunas de las más
prestigiosas escuelas, sobre todo en Estados Unidos,
han respondido a este clima de opinión haciendo
rodar cabezas: en los últimos meses han cambiado
sus decanos centros como los de Harvard, Chicago
Booth o Stanford. Pero con ello no han logrado evitar
que su reputación, tradicionalmente uno de sus
mayores activos, se haya visto socavada.
[…]
Algunas escuelas han reconocido su parte de
responsabilidad en la crisis financiera internacional.
Otras no se han dado por concernidas de manera
oficial. Sin embargo, prácticamente todas han abierto
un periodo de reflexión y han echado mano de algunos
valores tradicionales que habían quedado relegados
en el pasado reciente, como la ética y la filosofía, en
un intento de reinventarse.
El fenómeno es visto con escepticismo por
algunos observadores, que sospechan que en algunos
casos no se trata de una respuesta sincera sino de un
mero lavado de cara. En este grupo se encuentra la
periodista autora del libro Soy economista y os pido
disculpas (Deusto, 2011), Florence Noiville, exalumna
de HEC París.
“Las escuelas de negocios tienen necesidad
de cambiar su imagen”, afirma. “El problema es que
son completamente dependientes de los rankings.
Es decir, de las empresas que van a contratar a
sus alumnos y que a menudo las financian. Para
obtener financiación tienen que colocarse en los
primeros puestos de las clasificaciones. Y para ello,
es necesario que la media de los salarios a la salida
de la escuela sea la más elevada posible, con lo
que hay que colocar a los alumnos en el área de las
finanzas. Es un círculo vicioso. Haría falta crear otra
clasificación para las escuelas, basada en criterios de
conocimiento y de interés general”, explica Noiville.
No está de acuerdo François Collin, director
ejecutivo de CEMS, para quien “las escuelas de
negocios han iniciado una revisión fundamental de
sus enseñanzas y de sus misiones y hoy viven una
de las mutaciones más importantes de su historia”.
El responsable de la alianza de una treintena de
escuelas de negocios internacionales dedicadas a
promover la calidad de la educación de los futuros
líderes de empresas, en unión con otras tantas
corporaciones, considera que “la crisis de 2008 ha
sido el catalizador de un cambio de la educación que
se apoya sobre un cierto número de críticas y tomas
de conciencia”.
Collin destaca las tres modificaciones esenciales
que han tenido lugar en la enseñanza que imparten
estos centros de ejecutivos: se le da menos importancia
a la modelización, a las técnicas cuantitativas; se da
mayor carácter social a la empresa y se pone en tela
de juicio que su única misión sea generar valor para
el accionista.
Todas las escuelas de negocios que se precian
han introducido variaciones en sus programas educa-
tivos como respuesta a la crisis. Algunas solamente
han reforzado sus clases de ética en los negocios,
liderazgo y responsabilidad social corporativa (el
caso de las estadounidenses Columbia, MIT Sloan
Business School, Wharton o Tuck, o la suiza IMD,
la francesa Essec o la británica London Business
School). Otras han querido ir más allá, invirtiendo
además en RSC, como las españolas IE Business
School o Esade, que han creado las fundaciones
Financieros sin Fronteras y el Instituto de Innovación
Social, respectivamente. Y también hay escuelas
que han promovido juramentos de honor o códigos
deontológicos en sus aulas, como Harvard o Esade.
“Las conversaciones en las escuelas de
negocios han cambiado. La visión clásica de que los
mercados lo solucionan todo y de que tenemos que
formar a gente para que gane dinero deja paso a una
visión más humanista de la empresa que hasta esta
crisis solo era defendida por voces minoritarias de
profesores”, afirma Ángel Cabrera, presidente de la
escuela de negocios Thunderbird de Arizona.
Desde 2004, este centro compromete a sus
alumnos con los valores de su juramento hipocrático.
Y hace unos meses ha creado una fundación, “junto
al decano de Harvard Business School, una de las
voces más críticas e influyentes en el cambio que
atraviesan las escuelas de negocios”, Aspen Institute
y el apoyo de Naciones Unidas y el Foro de Davos,
para tratar de establecer el juramento como código
deontológico para los directivos de empresas en
todo el mundo. “Tenemos que abandonar la visión
puramente economicista de la empresa e ir hacia
una postura comprometida, en la que su misión sea
producir beneficios a la sociedad y a los inversores.
Que la función de la contabilidad no sea el maquillaje”,
sostiene Cabrera. Disponible en: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/02/16/
vidayartes/1329417550_857489.html. Acceso en: 8 jun. 2012.
Adaptado.

Según el Texto I, además de los efectos normales de la crisis, que redujeron todas las demandas de productos y servicios, otra de las razones responsable por el descenso del número de candidatos a los programas MBA en 2011 ha sido

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Fonte: TéCNICO ADMINISTRATIVO / BNDES / 2013 / CESGRANRIO