Simulado Agência Brasileira de Inteligência - ABIN | Agente de Inteligência | 2019 pre-edital | Questão 329

Língua Espanhola / Compreensão de texto escrito em língua espanhola


Dios para después de un secuestro
El desplome político y el aislamiento personal de la
exsenadora franco-colombiana Ingrid Betancourt se fraguaron
hace cuatro años, cuando cometió la torpeza de reclamar al
Estado colombiano más de cinco millones de euros por las
supuestas responsabilidades oficiales en su secuestro por las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). La
querellante, que estudia teología y griego antiguo en Oxford y
reflexiona sobre la condición humana, recobró la libertad,
vendió millones de libros y productores de campanillas quieren
una película, pero Betancourt perdió el cariño de la mayoría de
sus compatriotas, incapaces de entender su sablazo al Estado.
Se desdijo — “era una cantidad simbólica” —, pero el
aborrecimiento había cobrado vida propia.
Liberada en julio de 2008 tras seis años de cautividad,
esta mujer resolutiva y valiente transitó en cuestión de días del
cielo al infierno: de la apoteosis de París, Nueva York, Madrid
y Roma al olvido y la malquerencia en Colombia.
El secuestro más mediático de la historia hirió de
muerte su matrimonio. Lejos de abrazar a su marido con la
pasión supuestamente acumulada durante seis años de ausencia,
el día del reencuentro le saludó glacialmente, como si se
hubieran despedido un día antes. Apenas esbozó una sonrisa
cuando Juan Carlos Lecompte, perplejo, se atrevió a darle un
beso en la mejilla, que ella no devolvió. Siempre abrazada a su
madre, soltó un brazo para acariciar superficialmente el mentón
de su esposo y decirle sin alegría ni emoción: “¿Qué hay de
nuevo, Juaqui?”. Después le palmeó la mejilla con flojera y no
hubo más. Aquella noche fue de separación de almas y cuerpos.
Dos años después se divorciaron.
De poco le sirvió la creación de una fundación sobre
derechos humanos, y conmovió lo justo el testimonio de su
calvario, recogido en el libro No Hay Silencio que no
Termine. No impresionó en su país tanto como en Europa o
Estados Unidos, porque cientos de compatriotas secuestrados
habían divulgado antes sus propias torturas y porque el horror
se turnó con el espanto en la Colombia de los últimos cuatro
decenios.
La temeridad le costó cara, pero pocos podrán negarle
coraje en la denuncia de la corrupción y cobardía entre los
políticos colombianos. Ingrid aún se duele del castigo, le cuesta
sobrellevar las distorsiones o mentiras sobre su secuestro, la
bilis vertida en Colombia cuando pidió los cinco millones, y
la inquina de quienes redujeron su trayectoria política al
capricho de una niñata afrancesada y consentida. Internet: www.elpais.com (adaptado).

Juzgue los próximos ítems de acuerdo con las ideas del texto.

Los estudios que Betancourt ha decidido realizar en Oxford
son básicamente fruto del tedio que ella ha sentido en los
últimos años.

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Fonte: ANALISTA LEGISLATIVO - TéCNICA LEGISLATIVA/ TARDE / Câmara dos Deputados / 2012 / CESPE